Hola, soy Katy
Coach, Terapeuta, Reprogramadora del Subconsciente, Facilitadora de Un Curso de Milagros y sobretodo Hija de Dios. Quiero resumirte mi historia, resaltando algunos detalles, que después de años de autobservación puedo identificarlos como importantes y trascendentales para ser quién soy y hacer lo que hago en este presente.
Quiero empezar contándote que de niña, desde los 5 años aproximadamente, no tengo recuerdos de haber jugado con muñecas, lo que si recuerdo claramente es haberme deslumbrado con una hermosa y perfecta barbie ejecutiva con su portafolio, calculadora y traje sastre para ir a su trabajo, que se convertía además en un elegante vestido de noche para llegar a una fiesta en un gran auto. Creo que así fue como empezó a formarse en mi mente la necesidad de ser una profesional y empresaria exitosa antes de los 30 y efectivamente lo hice con mucho esfuerzo tal como lo indica el manual.
Viví lo más de prisa que pude: me gradué de la universidad a los 21 años, ocupé una posición gerencial a los 23, viví y estudié en Europa a los 25, regresé y emprendí mi propia empresa a los 27 y como si me atrasaba a algo, como si el tiempo se acabara, corría incansablemente por el camino del HACER y del TENER. Lo que yo no sabía en ese momento era que corría en la dirección equivocada y efectivamente a los 29, antes de llegar a los 30. ¡Llegué! ¿A dónde? A la más grande y profunda crisis existencial, emocional, profesional y económica, donde nunca pensé estar.
Sumergida en esta crisis con desesperación, vergüenza y sin saber que hacer, me encontraba tomando un curso más, en esta ocasión se trataba de un curso de orientación vocacional y propósito de vida ya que no tenía idea que hacer con ella. Mis compañeros eran chicos de 17 años que querían saber qué estudiar en la universidad, mientras que yo lo único que quería era retroceder el tiempo y volver a empezar. Lo primero es un deseo frustrante del ego pues no es posible, mientras que el segundo es posible y está a nuestro alcance a cada instante. Así fue como al final del curso, luego de hacer un gran proceso de introspección, debíamos escribir dos palabras en un palito de madera de los que se usan para hacer helados: el talento más destacado que habíamos descubierto y el deseo más profundo que teníamos en ese momento. Mi talento era enseñar y mi deseo era vivir en paz, así fue como descubrí mi propósito: ”Enseñar la paz”
Ese propósito era tan irónico en ese momento, como una persona que ni siquiera podía contestar su teléfono porque cada llamada era un problema más, podía vivir en paz y mucho menos enseñarla; y fue ahí exactamente donde empezó esta búsqueda implacable, que no tuvo otro destino que no haya sido llevarme dentro de mí, hacia el SER, la pieza que faltaba en mi rompecabezas del HACER y el TENER.
Y es a eso a lo que me dedico desde ese momento: a vivir en paz para poder recordarla, a ir hacia mi interior para poder ayudar a las personas, a que recuerden como llegar al suyo, a ayudarlas amorosa y compasivamente a que despierten a su maestro interior para que él les conduzca de regreso al AMOR, la DICHA y la PAZ que ya son.
Te invito a recorrer desde tu SER, tu ESENCIA, tu ESPÍRITU que es el mío también y el de todos, este hermoso camino de despertar, o dicho de manera más simple, te invito a recordar quién eres.
